Hombrecillos verdes
Una visita en clave de humor a las imágenes clásicas de la ciencia ficción.
viernes, noviembre 11, 2005
Héroe Man.

La reunión de la Liga Superheroica de Occidente empezó, como siempre, aburrida.

-Bueno, ahí tenéis los formularios que han rellenado los diversos candidatos. Examinadlos y luego haremos las entrevistas y decidimos si admitimos a algún nuevo miembro- dijo La Sesión, el androide que ejercía las funciones de presidente.

El resto de los superhéroes suspiró. La Sesión era un androide inmune al cansancio y al tedio, que doblegaba a sus adversarios citándolos una y otra vez, con todo tipo de pretextos, a reuniones interminables en las que, se suponía, habrían de negociar las reglas por las que se regiría un definitivo enfrentamiento físico, que nunca llegaba. El panorama se presentaba sombrío.

Menos mal que en ese momento se presentó Paranoidman, con su sucia trinchera de cine negro y su careta de manchas móviles que adoptaban diversas configuraciones. Sus manchas, esta vez, indicaban claramente preocupación a los ojos de todos los reunidos, aunque a Duffman le pareció espuma de cerveza y cacahetes en un plato adyacente, y a Barbiemán, el nuevo superhéroe metrosexual, le parecieron las manchas que adoptaban las lámparas de lava, cosa muy antigua y horterísima, oyes.

Paranoidman no era miembro de la Liga Superheroica de Occidente, pero cuando La Sesión se iba a levantar a aducir defecto de forma, Toreador, el superhéroe del Estado Español, fue más rápido y clavándole dos banderillas y tapándole la ranura vocal de la Sesión con un capote de paseo, propuso a toda prisa y con la aprobación general que se aplicara la claúsula de urgencia 123-B y se admitiera al recién llegado como miembro provisional por aclamación, adjudicándole el sillón M mayúscula, que estaba vacante desde hacía años por su tamaño excesivo, ya que había sido tallado a medida de El Cachocarne, otrora miembro fundador y ahora salvaje proscrito sin cerebro que vagaba por los vastos polígonos militares desierto de Arizona pidiendo un dolar a todos los soldados de maniobras que se encontraba bajo la amenaza velada de abollarles el tanque.

-Os han colado la bacalada, primos. Os han tendido una trampa en vuestro casting de nuevas incorporaciones -fue el discurso inaugural del nuevo miembro. Por lo menos era corto y entretenido, o al menos así se lo pareció a todos, menos a La Sesión, que seguía pugnando con el capote de paseo y con las banderillas incrustadas en sus puertos usb posteriores, y a Hiperactivo Man, que hacía ya rato que había dejado de prestar atención.

-¿Qué quieres decir?- le preguntó La Cuestión.

-Que echéis una mirada a los formularios, y veréis de qué hablo.

-¿A cuál formulario en concreto, o a todos en general, o a todos a la vez, o...?- prosiguió la Cuestión, que calló de pronto al ver que Toreador se le acercaba con el estoque de matar y expresión concentrada.

-Joer, es que uno tiene que hacerlo todo. ¡Dadme los formularios! - Paranoidman los recogió y empezó a leerlos en voz alta, al tiempo que subrayaba con un pequeño lápiz las partes de aquellos papeles que veía de interés- A ver, tiene que ser uno de estos, el Hombre Pegajoso, la Mujer Anodina, Pasmaomán, Floresiensis Man, Tequilloso Man, Tekoso Man (joer, me temo que este formulario lo ha rellenado nuestro viejo enemigo El Plagiario, pero no es ése el peligro al que me refiero, sigo leyendo), Anra Man, Soplamán, SadicMan, FatWoman, CartMan, ajá, aquí lo tengo.

Y mostró el formulario a todos los presentes:

---------------------------------------------------------------

FORMULARIO DE INGRESO EN LA LIGA DE SUPERHÉROES DE OCCIDENTE.

NOMBRE: MusulMán.

SUPERPODERES: Los propios de dicho nombre.


-------------------------------------------------------

-¿Y?- dijo la Cuestión, procurando ser breve.

-Eso, eso, ¿qué problema hay? - dijo la Mujer Menarquía, superheroína feminista y progre. - En principio es un nombre tan respetable como otro cualquiera, aunque siempre he pensado que este grupo de superhéroes debería ser de naturaleza laica. No estamos obligados a admitirle, de todas formas. Hay otros candidatos.

-Busco a los ex-habitantes de Campos de Arenoso, provincia de Guadalajara -dijo OTMan, a quien todos habían dejado ya por imposible.

-Sí, admito que parece una trampa un poco burda- dijo Paranoid. - Pero pensad un poco. De un tiempo a esta parte estamos en el punto de mira de la opinión pública por el tema del terrorismo. La gente no entiende por qué los superhéroes no evitan los atentados.

-Joer, pues por el mismo motivo por el que no los evita la policía. Falta de información.

-Exactamente, Capitán Bruselas. Pero el objetivo del terrorismo no es, en última instancia, la eliminación física de sus enemigos. Es debilitar, y en última instancia someter, a la sociedad por medio del miedo, y de la desconfianza en las propias instituciones que, se supone, deben protegerla del miedo. Y para esa desconfianza, cualquier pretexto vale: incompetencia, desinterés, o en un caso contrario de exceso de celo, conspiración fascista para hacerse con el poder, con el pretexto de los terrorismos o, incluso, en connivencia con ellos. "Todas esas teorías incompatibles las he oído o leído sobre las fuerzas de seguridad, muchas veces por parte de un mismo sujeto, y todas ellas podrían aplicársenos a los superhéroes.

"Ni siquiera estoy insinuando que este MusulMan sea un espía, un topo de un poder hostil. Aunque nunca descarto nada, ése es mi lema- prosiguió Paranoidman- Pero imaginad que lo admitís y no lográis evitar (que no lo lograréis, con un solo fallo sería suficiente) un atentado. Dará igual que hayáis evitado veintisiete antes, con insinuar que os inventáis las pruebas... El caso es que habrá voces airadas clamando sobre vosotros, y entre vuestras filas habrá un tipo llamado Musulmán.

-Se han presentado sesenta formularios. No tenemos por qué admitirlo.

-Pero, Mujer Menarquía, ¿no te das cuenta de la trampa que anida bajo un nombre tan categórico? No es como el Ras Al-Ghandul, el Electroimán Jomeiny, el Caid Enuevo, o el Capitán Patera, superhéroes o supervillanos arabes más o menos religiosos, o laicos, pero que tenían unas características propias. Da igual que haya cincuenta y nueve candidatos mejores. Aquí lo único que se dirá es que habéis rechazado a un candidato por ser MusulMan. Hagáis lo que hagáis, la Liga Superheroica estará en el disparadero. Y no quiero pensar en lo que pasará si lo admitís, y cometéis cualquier error, o se produce cualquier filtración de los datos que os suministran los servicios secretos para la lucha contraterrorista.

-Pero no hay filtraciones de ese tipo, y el mero hecho de que existan esos cauces de información es secreto- exclamó MacmanaMan, el superhéroe escocés- ¿cómo lo has sabido?

-Por una filtración, estúpido. ¿Véis lo que os digo?. Con un tipo de un nombre tan evidente, estáis en un grave compromiso pase lo que pase. y no creo que sea una mera casualidad, y que este candidato tan peliagudo haya elegido ese nombre de forma inocente, sean las que sean sus intenciones.

-Hay otra posible explicación. - intervino ChewingMan, el hombre de chicle. - Recuerdo que hace unos años circulaba por ahí un mutante llamado El Tópico, que adoptaba compulsivamente las configuraciones más estereotipadas y caricaturescas de lo que se supone que debe ser un superhéroe "étnico". Nos dio graves problemas con sus personalidades de Chu-Lin, Nikito Nipongo, Ambawa Chita, Amsterman, el superhéroe holandés con zuecos y un lanzarayos de queso fundido, Hanumán el superhéroe hindú, etcétera. Llevaba años sin aparecer, pero esto encaja en su perfil: tal vez ha vuelto a las andadas.

-No, imposible. Sé de buena tinta que El Tópico se ha reformado y ahora colabora con un grupo benévolo de superhéroes bajo una identidad secreta, que se ha comprometido a no cambiar- contestó la Mujer Menarquía, mientras miraba a Toreador de soslayo. Éste se había hecho con las dos orejas robóticas de recambio de La Sesión y las exhibía en sus manos mientras daba la vuelta a la sala circular de reuniones, a modo de ruedo.

-Bueno, mientras decidimos una postura a tomar, en nada nos puede perjudicar tener más información sobre el asunto. - dijo La Sesión, que había logrado que Toreador la liberara a cambio de un soborno- Los candidatos siguen esperando en la sala adyacente. propongo que pasemos al punto dos del Orden del Día y los entrevistemos. El Reglamento establece que el orden de entrevista puede ser arbitrario. Que pase ese Musulmán. A ver, que pase el candidato nº 57.

Era un superhéroe de aspecto bastante corriente: traje negro, casco metálico, sin capa y con una mochila propulsora a la espalda.

- Misilmán, para servirles a ustedes y a la justicia.

-¿Cómo? - exclamó La Cuestión.

-¡A ver esos formularios!- gritó MacmanaMan mientras se abalanzaba sobre los papeles de la mesa.- ¡Lo que me figuraba! Alguien ha pintado rabitos a las "íes" de Misilmán para que parecieran "úes". ¿Dónde está Paranoidman? ¡Esta jugada la tiene que haber hecho él mientras examinaba los documentos!.

-Ha desaparecido. -Observó la Mujer Menarquía - De todas formas, dudo que fuera quien decía ser. Me suena que el auténtico Paranoidman sigue, ejem, bajo tratamiento.

-Sí, sin duda era algún supervillano con un perverso sentido del humor. Hay varios que encajan en el perfil- dijo La Sesión- Tal vez haya sido El Cachondo, o Cámara Oculta.

-Mirad lo que ha dejado como firma- el Toreador puso un objeto sobre la gran mesa redonda. Era una estatuilla dorada, que representaba un señor gordo con un gato sobre el hombro.

-Es un Premio Ignatius. Lo sé porque a mí me dieron uno, hace mucho tiempo, cuando al mando de mis fieros cosacos me abalanzé sable en mano contra la flota de submarinos de Napoleón y bla, bla- expuso Granny Scallion de forma harto farragosa, mientras el resto de héroes consultaban la base de datos. Ya habían escrutado todos los datos relativos al premio y averiguado la identidad del conspirador mientras Granny Scallion seguía contando que al final había devuelto el premio porque el sistema de nominación acarreaba ciertos favoritismos.

-Entonces no hay duda: sabemos quien ha sido- planteó La Sesión en tono solemne.

-Sí - confirmó Toreador, con semblante preocupado - La Gran Amenaza que creíamos muerta y desterrada para siempre ha vuelto una vez más.

"Señores, el día de hoy se anotará en los anales de esta Editorial como el día del retorno de...

¡AndikaufMan!

Ilustración conseguida de Zonalibre.org
a través de Adlo!

Etiquetas:

escrito por Ignacio Egea @ 11:12 a. m.  
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home
 
PING

UNA BITÁCORA DEL GRUPO PING
Ignacio

Ver perfil completo

Posts recientes
Topologías
Otras páginas del autor
Ciencia ficción más seria en
Usenet y afines
Botoncitos varios

IBSN: Internet Blog Serial Number 3-2-1000-0002

BLOGGER