Primero vinieron a llevarse a los mimos; no me preocupé, yo no era mimo.
Luego vinieron a por los actores de teatro clásico.
Luego, a por los del género chico.
Más tarde, a por los del teatro de vanguardia.
Después, a por los de vodevil y varietés.
Cuando vinieron a por los ventrílocuos, sólo quedaba yo, y tan sólo soy un muñeco.
Podéis interrogarme lo que queráis: no hablaré.
Etiquetas: Epiciclos |